miércoles, 30 de enero de 2019

BIEN HALLADO

BIEN HALLADO
Misterio de vida- Misterio de tiempo. Han pasado siete años. Siete años de olvido. En su día me hice buscador de nuevas posibilidades. Empecé a dejar fluir mis ideas, mi pluma, mis impresiones. Y de pronto una consulta fortuita me lleva a una búsqueda interesada. Raul con su magia me imbuye en estas viejas páginas.
Aquí me encuentro. Son nuevos tiempos, nuevas y pocas oportunidades, nuevas ocupaciones. Ligeras licencias.
Un retomar viejas aficciones. Será



lunes, 20 de enero de 2014

Jamilena, el pueblo de los ajos.

De pequeño oía nombrar este pueblo. Un conjunto de jamilenuos aterrizaban por la panadería de mi tío Juanito, compraban pan y dirigían sus pasos a la cortijada de la Torre de Maria Martín. Cortijada próxima y alejada.  Quedaba por detrás de los Poyos, al otro lado de la cadena de cerros. Estos cerros eran unos mas de los que rodeaban la Cañada, pero eran diferentes porque por ellos transitaba una linea de luz de altos vuelos. Atalaya altas de posters gigantes que cruzaban la mirada misteriosa de mi niñez.  Y puesto en línea continuaba hasta lo alto de otros cerros, más allá de Amarguillo. O bien a la vuelta empezabas su recorrido, en una entretenida de guardar los cerdos, para desplazarte de nuevo hasta los altos Poyos. Yo, en mi niñez, nunca visité esta cortijada. Tampoco llegué a comprender el por qué esos agricultores - propietarios procedian en su mayoría de Jamilena.

Con ellos, sus referencias, sus historias llegué a conocer a Nuestro Padre Jesús. Los dichos remarcaban las huellas en la memoria infantil. Y la imaginación se disparaba visualizando un gran santo, que ejercía una notable influencia en su entorno mas próximo. Después me frustré cuando vi reducido el santo a un simple cuadro de pintura, que ha presidido muchas casas.

Tampoco he llegado a conocer el por qué de la tradición de manipulación de los ajos, tarea productiva primordial en este pueblo. Cientos de mujeres y jóvenes se afanan en recibir los ajos de las campiñas cordobesas para colocarlos en su mas pura esencia en pequeños mallazos de color naranja.

Las tradiciones y las incognitas que envuelven a algún lugar y se perpetuan en los dias de adultez y madurez sin encontrar respuestas sabias. La vida.

martes, 3 de diciembre de 2013

El bosque encantado, todo un encanto

Al principio de la vereda Javier nos anima a dejar alguna chuchería para los gnomos. Mi pensamiento se cuestiona.: Serán gnomos, duendes, o qué tipo de seres extraños. En un círculo de piedras se van amontonando las chuches. Variadas, con las gominolas se alinea el regaliz, hay algún caramelo, galletas de chocolate. Es un misterio. Hemos visitado su casa. Pareciera el alojamiento de un rebaño de ovejas. Pero tan escondido solo puede ser la casa de los gnomos. Javier nos enseña todas y cada una de sus dependencias. Los más atravidos profundizan en su interior. Difícil acceso para llegar a los dormitorios de los adultos. Contorneo obligado. Se pasa la dificultad y la cara risueña saluda desde arriba. Otros nos recreamos en la última conversación. Alguien insiste en llegar a la presa. Tarea innecesaria. Es necesario volver. Nos espera la comida. Y al pasar por el círculo solo queda un resto de caramelo. Alguien vino a su encuentro. Las sospechas se difuminan. Quién habrá sido. No cabe duda que algún ser extraño ha tenido hambre. Subimos la pronuniada y alargada cuesta. Pareciera que no vamos a llegar. El coche de protección civil es una ayuda agradecida. Continuamos. El paisaje nos entretiene. Los comentarios de nuestro extenso mirar nos animan. Hemos llegado a la meta. El prado nos acoge en nuestra comida ansiada. Los grupos se dispersan concentrados en los bocadillos. Alguien, ocurrente, señala a un miembro de protección civil. Tienes la boca manchada - le comenta. Y en un acto reflejo se delata el gnomo transitorio que se comióa parte de las chucherias. Vacilamos. Uno o varios. Aunque yo prefiero seguir concectado con el mundo de los árboles, que silenciados y silenciosos nos presentan su enorme silencio. Intentaremos localizar algún gnomo aunque sea menos comilón. 15.05, de 3.12.2013.

lunes, 14 de octubre de 2013

Despues del Cabezo

El comienzo se cargo de dudas. Las dudas que me acompañan en los últimos años. Duda sobre mis posibilidades, dudas sobre mis esfuerzos, dudas sobre mi caminar. La noche anterior no fue propicia. Mucha comida, buena compañía y excesivos dulces. Al levantarme no me acompaña el optimismo: lo mejor sería quedarme aquí. Sin reflexionar me levanto, me preparo, nos animamos y buscamos el autobus. El viaje largo, el estómago pesado. Llegamos. No lo dudamos. Empezamos a andar. Poco a poco el cuerpo se fue haciendo. Los pasos automáticos, el andar firme. El esfuerzo en buscar alguna linterna amiga que nos hiciese mas visible el camino. Empiezo a sudar. Un año mas. Andamos. Raul habla, no calla, habla. Andamos. El sudor me asalta. Soy una hoja mojada. Casi sin querer llegamos a un alto. Para entonces progresivamente me he ido desprendiendo de la chaqueta del chandal. Toca ir al servicio, comer, respirar, descansar. Hemos superado la primera cuesta. Toca continuar. Alguna ave se ha despertado al ruido lineal de los senderistas, de los romeros. Sigue la noche, seguimos a la rueda de un matrimonio que porta sendas linternas. Respiramos, nos dejamos llenar por el fresco del amanecer. La conversacion va perdiendo la exigencia. Ahora Salvador se ha hecho nuestro. Casi sin percibirlo los pajaros se van despertando. Tenue va apareciendo el camino bajo los primeros albores del día. Es el gran momento. Sentir el amanecer. Sentir en el sudor la brisa matutina. SanGinés se ha hecho pronto. Personas conocidas, saludos, alegrias compartidas por el esfuerzo comun. El rio nos espera y con él el primer bocadillo. Con lentitud, mientras los comentarios se diluyen nos recreamos en el jamon, tomate y aceite. Alguna nueva foto. Son todo ventajas. Los pies, las piernas en su sitio. Paso del arroyo, comienzan los Caracolillos. Mi meta esta en el pino de tres pies. El camino se ha hecho llevadero al ir troceandolo. Alguna bici vino a alterarnos. Los tres pinos. Nuevo descanso. Agua, sudor, agua. Nueva meta: los refrescos. Y con la compañia nueva de un desconocido avanzamos, llegamos, lo hemos conseguido. Ahora nos toca la calzada, el mogollon de gente, la religiosidad popular y el humor dulce de haberlo conseguido

martes, 21 de mayo de 2013

RESUELTA

Y si se tiene paciencia y costancia la duda se resuelve. Hicimos la ruta. Javier fue nuestro guía. Amable, servicial, conocedor de cada palmo de la sierra, había recorrido nuestro camino el día de antes. " Es conveniente conocer el estado de la senda para evitar sorpresas". Él si me sorprende en cada momento por sus "buenas prácticas".
El autobus conducido con una pericia milimétrica nos lleva hasta la Cañada de la Azailla. Superar el estrecho y curvado puente es toda una muestra de habilidad.
Nos esperan amigos de Jaén que sintieron la llamada atractiva de nuestro grupo. Numerosos. Avanzamos por la senda hacia la Cruz de la Chimba. Altura. Día nublado. Atisbo de un amplio paisaje con Jaén al fondo.
Andamos. Andamos. Somos una columna multicolor conquistando cada rincón de la sierra. Matamulos alto nos recibe. La cueva de los dos ojos. Lluvia esperada. Cambio del paisanaje. Toca ascender por un barranco. Nuevo paso obligado en columna. La cima en el mirador del Campanario. Otear nuestro recorrido. Reconocer nuestra ruta. Sorprendernos por nuestro camino. Dejarse subir por la explosión de autoestima. Una gozada.

viernes, 22 de marzo de 2013

DUDAR

La duda no es buena compañera.  Alienta zozobras, acuna sinrazones, alimenta discusiones, informa del no camino. Pero la duda acude cuando quiere. Sin llamarla. El paso del tiempo se hace su amiga. Sin informarnos nos acucia. Llevados por el latir diario estamos ajenos a ello. Un buen día, cualquier día es bueno. Y empiezas a dudar. Levemente te cuestionas tus posibilidades. Niegas la evidencia. Te alejas. Se aparece. Te alejas. Con el descanso te alias, quieres reponer fuerzas. Pero se hace presente. Y la acoges. Es tuya. Podrás ?